El Parque de los Sentidos se encuentra situado en la Finca-Granja de Briz (Marín, Pontevedra). Este parque también es conocido con el nombre de la finca en la que se encuentra, por haber sido la residencia de verano de la familia Briz Saraiba.
En 1999, los más de 23 mil metros cuadrados de finca, fueron adquiridos por el Ayuntamiento de Marín por 150 millones de las antiguas pesetas.
Tras casi 11 años de rehabilitación de edificios y acondicionamiento del entorno, se inaugura el Parque de los Sentidos y gracias a ello, hoy podemos disfrutar de este magnífico lienzo en el que los sentidos y la aventura se mezclan en un sin fin de tonalidades y posibilidades.
La entrada al parque es totalmente gratuita y es un espacio ideal para pasar un agradable y tranquilo día en familia. Encontraréis juegos infantiles, una zona de paseo verde y zonas acondicionadas para disfrutar con los cinco sentidos (de ahí su nombre).
La ciencia no se olvida en este mágico lugar, así que nada más entrar, nos encontramos el Tornillo de Arquímedes que es una máquina gravimétrica helicoidal utilizada para la elevación de agua, harina, cereales o material excavado.
El parque también dispone de un auditorio al aire libre en el que se puede escuchar o participar de un concierto de los más atrevidos… mis chicos lo dieron todo!! jajaja
Adentrados en la zona del tacto y el oído, será un bonito momento para participar con los más pequeños de la experiencia y volver a la infancia una vez más, sintiéndonos expertos músicos tocando los tambores, carillones y demás instrumentos que encontraremos a nuestra disposición.
Uno de los objetivos del proyecto inicial de recuperación del parque, fue que los árboles que estaban enfermos y que por motivos de las obras o de otras circunstancias se encontraban en muy mal estado y necesitaban ser talados para evitar problemas de seguridad, se convirtiesen en figuras esculpidas con esa madera y puedo deciros que el resultado es espectacular.
Envueltos entre la naturaleza y contemplando las hermosas vistas, podremos saltar, creernos Cristobal colón, desconectar de las preocupaciones del día a día, reír mucho y disfrutar del silencio o del arrullo del río que en su discurrir nos relaja.
El parque también cuenta con una zona de aventura con lagos, toboganes de vértigo, una laguna natural y otra artificial… Veremos a los más pequeños disfrutando. A los que no somos tan pequeños, además de disfrutar con ellos, podemos poner a prueba esos sentidos algo olvidados y regalarnos unos momentos de muchas risas y buenos momentos.
A diferencia de otros parques, en este, no hay limite de edad para el disfrute. Aquí disfrutan tanto los niños, como los mayores.
Sacaremos varias cosas en claro de la visita: el agua es fuente de vida, es maravilloso que los sentidos con los que percibimos lo que nos rodea trabajen sin forzarlos y, lo más importante, algo que hace que nuestra vida sea completa… el placer de DISFRUTAR
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