Para los que leéis habitualmente el Blog, sabéis que desde que el peque nació, solemos optar por alojarnos con Airbnb y en esta ocasión no iba a ser diferente.
Elegimos un pequeño apartamento pegado al Castillo de los Templarios y la verdad es que fue un verdadero acierto porque Mateo alucinaba al ver que dormíamos pegaditos a un castillo (con lo poco que a él le gustan… un sueño cumplido).
En este caso solo había una cama de matrimonio, pero ya era algo que ponía el anuncio, así que hablamos con el propietario y llevamos la cuna de viaje, en la que, hasta ahora, Mateo ha dormido perfectamente siempre que hemos viajado y no había cama para él.
Y las vistas desde las ventanas del dormitorio y el baño… qué os parecen?? como os dije, casi casi tocando el castillo.
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